Pär Fabien Lagerkvist
Escritor sueco, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1951. Cultivó poemas, obras de teatro, novelas, cuentos y ensayos. Entre tantas de sus obras destaco el comentario de:
EL VERDUGO
Contenido:
Muchos parroquianos en una cantina de pueblo miran al verdugo del lugar y cuentan historias sobre verdugos y discuten acerca del poder de los mismos sobre el mal, y sobre si son también ejecutores del bien.
Hasta que la conversación se sube de tono, se generaliza la discusión, y el grupo mayoritario se adueña de la verdad y de la razón. Comienzan a golpear a los negros de la orquesta que habían dejado de tocar para comer. Los obligan a subir al escenario y a seguir tocando así golpeados y sangrantes, porque los consideran inferiores y les hacen saber que tienen que trabajar para ellos. Todo esto mientras gritan que el mal es necesario, toman partido por el verdugo, precisamente representante del mal. Gritan que el orden y la disciplina son sus premisas para gobernar el mundo. Alguien hace un discurso para agasajar al verdugo.
El cuento termina después de una larga retórica del mismo verdugo, quien confiesa estar cansado de que se lo haga responsable de la miseria del mundo. Que quiere que eso termine para no cargar más nada sobre su conciencia.
CONCLUSIÓN:
Otra vez como en Federico Peltzer, la búsqueda de Dios y la unión del Bien y el Mal como un mismo ente.
Es excelente el discurso final del verdugo.
El relato demuestra cómo el Mal se ejerce a veces desde algunos que se creen salvadores y hacen cómplice o responsable siempre a otro, en este caso al verdugo, que viene a ser el emergente de una sociedad.
A mí se me ocurre pensar como ejemplo del Nazismo o a otros regímenes totalitarios no tan evidentes, algunos con disfraz de democracia. ¿En qué medida somos responsables de que existan desde la clandestinidad?
Además este texto marca la reflexión sobre cuántos verdugos habitan una sociedad desde diferentes hechos o costados de la ley.
TEMA:
La estrategia del Mal.