Allí donde mueren las hojas, donde la voz se atraganta.
Allí donde los versos se difunden, donde el agujero de la memoria se parte en dos.
Allí donde la flor se recuesta sobre un nombre, allí donde Piazzolla irrumpe en el recuerdo.
Allí… en el festival de imágenes desordenadas, me echaré a dormir el último sueño. Le sonreiré a los mirones de la vida y cavaré mi hueco entre placas y crucifijos.
Allí… morderé un adiós y reiré de todos los olvidos, de todos los juicios, de todas las intrigas.
Allí… cuando se pudran las letras que me nombran, quizá yo vuelva y así, me repita.
Quizá vuelva y te abrace agotando tus fuerzas.
2 respuestas
Querida amiga, que hermoso poema en ese espacio del allí ..hermoso leer tus versos tan verdaderos, tan serenos y cubiertos por el manto de la melancolía que los hace más sublimes….Abrazos
Querida Doris muchísimas gracias por tan profundo comentario. Es más que un aliciente lo que me regalas. Besos.