Tal vez yo sea quien esté soñando, o quizá sea yo el personaje de la pesadilla de alguien que cuando despierte, hará que la realidad desaparezca junto conmigo, para ir a formar parte de otro sueño mejor. Un sueño en el que los símbolos se desdibujen antes de representar la loca embriaguez que causa el vino de la guerra.
Trato de despertar a quien me sueña. Quiero desaparecer antes que el horror me petrifique en historia, pero la tempestad que provocan las fuerzas encontradas del durmiente, me hace temblar, y sólo atino a evocar momentos en los que no reparé antes y que alguna vez hasta se me hicieron rutinarios: la guitarra y un amigo, los versos de una canción al viento, la mesa tendida, la foto de ella en la mesita de luz, las macetas de mi madre en la ventana de la cocina, los libros desordenados y mi perro echado sobre mi cama.
La ensoñación me hunde en otro mundo. Duermo yo también para no ser el protagonista de esta realidad tan irreal, y sueño que sueño una figura etérea que se lleva los colores de la tierra, todos los colores. Los mezcla y los arroja desperdigados al espacio. El mundo ha quedado en penumbras, descolorido y solo. El blanco y el negro imperan a su antojo.
Sin embargo todavía me queda una esperanza, que yo sea una pesadilla, sólo eso, y que cuando alguien despierte, mis sueños y temores se hayan terminado.
Una voz imperativa, invasora, me sacude, me trastorna.
Me acomodo el casco, me enderezo en posición de firme y con mi fusil a cuestas miro el manto que cubre este trozo de tierra sureña y deslizada. Un cielo se alza sobre el humo, avanzo entre silbidos y ensordezco ante el bramido de las bombas. Siento los ojos fuera de mí. Han quedado algunos colores, el celeste del cielo y el rojo infierno que levanta paredes de fuego y entorpece mi andar y mi mente.
De pronto… todo es silencio. El mundo ha apagado la luz.
7 respuestas
Maravilloso este texto!pido permiso para compartirlo.
Cuando quieras Nelly, disculpa que no había visto este comentario. Muchas gracias amiga, por visitarme y dejar tus palabras. Un abrazo agradecido.
Bonito homenaje a los soldados. Me encantó este poema.
Te felicito Norma
Eulalia, siempre generosa con mis trabajos. Muchas gracias. Un beso.
DIES IRAE
Desbocados los hombres, los infiernos proclaman
la llegada del odio que la fiera desata,
y los ríos se tiñen de color escarlata
por torrentes sangrientos que las muertes derraman.
Con clarines de guerra los soldados se llaman
a luchar por la causa que cegado los mata
y en el nombre del Cielo su furor arrebata,
inocentes miradas que los odios reclaman.
Los terribles combates van dejando por marca
arrasadas ciudades masacradas al fuego
del fatal torbellino de locura feroz.
Al infierno Caronte, va remando su barca,
y los Cielos se cierran, es inútil el ruego.
¡Son los días de furia por las iras de Dios!
CARLOS OYAGUE PÁSARA
Estimado Carlos, fuerte es mi sorpresa al encontrarme con tu comentario, tenía un problema en la web, por eso no entraba, pero ya solucionado me encuentro con tus versos que delatan la verdad, el fondo infernal que tienen las guerras.
Muchas gracias por tu opinión y vuelvo a pedir disculpas por no responder antes, pero ya te digo tenía un inconveniente técnico.
Un muy bello soneto, ¡muchísimas gracias!
Un abrazo afectuoso.
Emotivo homenaje Normita en este sueño de un soldado. Felicitaciones!! Excelente!