Darse Cuenta
Y de pronto un buen día te das cuenta que el calendario ya no cae en meses sobre tus hombros, cae en forma de años, y esos años te van cubriendo como un largo vestido de fiesta, que aún no te llega a los tobillos, pero que algún día esa póstuma elegancia se estirará hasta ellos, y se acabarán los almanaques. Entonces metida en esos pensamientos al igual que un saco de huesos momentáneo, sientes palpitar tus brazos al compás del...
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